Nota del director
El Cauca ha sido un territorio de guerra en la historia de Colombia. Los lazosafectivos y profesionales se forjan con cada película. Desde la realización deNuestra voz de tierra, memoria y futuro, e igualmente, la voz de los sobrevivientes(película que denuncia el asesinato de líderes indígenas y en homenaje a la luchade Benjamín Dindicue), las puertas han estado abiertas y he podido seguir de cercalas problemáticas que atraviesan las comunidades a lo largo de los años. En el2012, conocí en Bogotá la orquesta de instrumentos andinos conformada porjóvenes indígenas del Cauca que cantan en memoria de sus compañeros que hanmuerte por el conflicto armado. Fue cuando me comprometí a investigar sobre eltema y escribir el guión del documental con tres casos representativos de familiasvíctimas del Cauca que hoy lloran sus hijos a causa armas antipersonales (condenadas por el derecho internacional humanitario).
Hacer la película implicó varias fases. Primero una ardua investigación en archivosde prensa, luego la búsqueda de apoyo financiero y en su realización, un trabajo decampo durante un año para entrar en contacto con las familias. El Cauca es unaregión montañosa de hermosos paisajes y tierra muy fértil. Para mí es como unsegundo hogar. Aunque hacer esta película fue enfrentarse a dos grandes riesgos.Mi edad y mi salud, por un lado. La guerra, por otro lado. Por suerte, llegamos en unmomento en el que el proceso de paz estaba efectuándose y el cese al fuegoparecía definitivo. Lamentablemente hoy no hubiera sido posible